Érase
una vez un reino donde no todo es felicidad, pues su joven y dulce
princesa es adicta al móvil. Siempre está pendiente de la pantalla, y
sus padres, desesperados, han pedido ayuda para ponerle fin a sus
malsanas aficiones nadie parece conseguirlo, pero la respuesta es muy
sencilla: solo hace falta echarle un poco de imaginación!
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