Un raton educado no se tira ratopedos
¡Qué papelón de rata de cloaca hace mi primo Trampita en la fiesta de la condesa Snobísima! Se hurga la nariz, se limpia el oído con el meñique... y todo el mundo se ríe de él! Pero convertirse en el perfecto ratón educado es muy fácil: ¡basta consultar el manual de los buenos modales!