Noches de terciopelo
Adele Lavigne, una joven dependienta de la legendaria tienda Bergdorf Goodman, no podía imaginarse que atender después del cierre a aquel hombre tan seductor y carismático cambiaría su vida para siempre.
Tras años de búsqueda, Alberto Márquez se había establecido en Nueva York y en tan solo año y medio su atelier, Silk, ya era el lugar más preciado para las mujeres ricas de la gran manzana. Su atención era tan exquisita y enigmática como él. Se hablaba de algo mucho más allá que de alta costura. Sesiones exclusivas en las que solo él decidía quién, cómo, cuándo,